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Àlex Rigola: «El teatro ofrece algo que no puede dar una pantalla, pero tiene que buscar su propio camino»

El director presenta el próximo 31 de octubre en el Principal ‘Aquest país no descobert que no deixa tornar de les seves fronteres cap viatger’

El director y autor teatral Àlex Rigola.

Qué ocurre cuando la muerte está a la vuelta de la esquina, de qué se habla cuando se sabe que el final está tan cerca. Àlex Rigola (Barcelona, 1969) aborda en la obra Aquest país no descobert que no deixa tornar de les seves fronteres cap viatger esas semanas previas a la muerte y lo hace desde las conversaciones que mantuvo con Josep Pujol i Andreu, Catedrático de Historia de la Economía, en sus últimos tres meses de quimioterapia. Un proceso que compartió con la actriz Alba Pujol, hija de Josep, y también protagonista, junto a Pep Cruz, de esta obra que podrá verse en el Teatre Principal el próximo 31 de octubre a las 20 horas y el 1 de noviembre a las 18 horas.

« Alba Pujol revive esas charlas con su padre y eso tiene una fuerza como pocas piezas teatrales»

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« Es un espectáculo sanador. Sales de allí con unas herramientas que no tenías»

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Àlex Rigola ha escogido un verso del Hamlet de Shakespeare para titular su obra. Según explica, después de mucho investigar sobre la muerte ha sido en los poetas y la poesía donde ha encontrado más respuestas. Sin embargo, Àlex Rigola admite que «de la muerte sabemos muy poco, de lo que sí podemos hablar es de la vida» y de eso es en definitiva, de lo que habla esta obra. Explica Rigola que cuando empezaron a realizarse las entrevistas con Josep Pujol no sabían muy bien hacia donde se dirigiría el espectáculo «si tomaría cuerpo o sería solamente una parte del mismo. La particularidad de este montaje es que a partir de 25 horas de conversaciones hemos hecho una dramaturgia de algo más de una hora. Alba revive esas charlas con su padre y eso tiene una fuerza como pocas piezas teatrales», resume. Otro elemento importante para el autor y director es que «la persona que se estaba muriendo tenía un bagaje intelectual y cultural, con un pasado comunista y unos conocimientos muy grandes de filosofía, de literatura y sobre todo con mucho sentido del humor». No es extraño que en esas conversaciones entre padre e hija surgieran los grandes temas de la vida, pero también otros, introducidos por las preguntas que lanzaba Rigola a los dos interlocutores. «Lo que vivimos es una posibilidad de despedirse, yo propongo algunos temas que quizás no hubieran surgido: qué te has quedado con ganas de hacer, qué cambiarías de tu hija o de tu padre».

A todo esto hay que sumar una tercera presencia, mallorquina por cierto, la del doctor Enric Benito, experto en cuidados paliativos: «Durante el desarrollo conocimos a Enric Benito que era oncólogo, pero que dejó esta especialidad por los cuidados paliativos. Le ofreció una pequeña conferencia a Josep que el público podrá escuchar en la que le brinda ayuda sobre cómo afrontar el proceso», rememora Rigola. No ha habido en ningún momento la intención de recrearse en el dolor de la hija que pierde al padre. En este sentido explica que para Alba Pujol Aquest país no descobert que no deixa tornar de les seves fronteres cap viatger tiene una doble vertiente. Es una constelación familiar puesto que revive esos encuentros y al mismo tiempo es «depurativo y emocionante. No hemos querido hacer un espectáculo de su sufrimiento sino mostrar esta confrontación». En cualquier caso Rigola cree que también es útil para el espectador puesto que es «un montaje sanador, ha venido gente que se encuentra o que ya ha vivido esa situación y ver la obra les ha ayudado. Sales de allí con unas herramientas que no tenías, no es tétrico», defiende Rigola.

El también autor coincide con Montaigne en que «uno ha de estar preparado para la muerte, para que sepas enfrentarte» y opina que «para mí no es tan importante cómo morimos sino cómo vivimos». Aun así no oculta que ver de cerca el propio fin «es muy bestia, cuando nacemos, nuestra voluntad primera es vivir, estamos preparados para eso».

Tras el parón impuesto por el confinamiento Rigola destacó que la fortaleza del teatro se halla en que «tiene algo de ritual que necesita de tu presencia, algo que va más allá de las propias lógicas que conocemos, que hace que se creen energías en este espacio. Y esto ha de ser su herramienta, precisamente aquí nadie nos podrá ganar». En este sentido insistió en que «el teatro está dando algo que no puede dar una pantalla, pero tiene que buscar su camino. Muchas veces se ha confundido y ha intentado ser cine, pero nosotros tenemos otra forma de comunicarnos y tenemos que encontrar la fuerza de nuestro propio medio».

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