Cuando cumplimos la mayoría de edad, lo habitual es entrar en el mundo laboral y no salir hasta la jubilación. Es un proceso que va pasando por diferentes etapas y representa en muchas ocasiones el desarrollo de la identidad personal. El trabajo se convierte en una parte de nosotros, a la que dedicamos mucho tiempo. Es por eso que cuando no tenemos la posibilidad de trabajar, la vida de una persona se ve afectada en diferentes ámbitos.

El desempleo tiene consecuencias sociales, psicológicas, e incluso se relaciona con problemas de salud física. Algunas de estas consecuencias son: ansiedad, estrés, baja autoestima, depresión, culpabilidad, problemas de sueño, entre otras.

Un estudio publicado en la revista “Journal of Vocational Behavior” analizó el efecto del desempleo en la salud. Los resultados fueron que las personas sin trabajo tenían más síntomas ansiosos-depresivos en comparación con las personas que sí tenían trabajo. Es decir, se encontró un cierto efecto del desempleo en la salud física y mental de las personas.

Para reducir este efecto, os proponemos algunas pautas que nos ayudarán a llevar mejor esta situación y a buscar un nuevo empleo:

- Planificar nuestra búsqueda de empleo.

- Encontrar en qué aspectos nos desenvolvemos bien y cuáles debemos mejorar a la hora de hacer una entrevista.

- Realizar un currículum siguiendo las pautas adecuadas.

- Continuar con nuestras actividades de ocio, ya sea deporte o hacer algún plan con nuestra familia o amigos.

- Conocer las páginas web y oficinas de empleo

- Potenciar la red de contactos

Es normal que esta situación de desempleo nos produzca cierta frustración, por eso hay que tener en cuenta que aspectos controlamos y podemos mejorar y cuales son externos y no dependen de nosotros.

En opinión del Dr. Carbonell, las pautas mencionadas nos puedes ayudar a gestionar estos momentos complicados si no fuera suficiente y la situación nos supera es importante recurrir a una profesional de la salud mental lo antes posible.