El café es la segunda bebida más consumida en el mundo después del agua. Está muy introducida en nuestra rutina, no solo por la mañana, sino a lo largo del día (media mañana, después de comer, …). Su consumo lo tenemos asociado a qué nos ayuda a activarnos y a disminuir la somnolencia.

Uno de sus compuesto mas importantes es la cafeína, una sustancia que al consumirla produce alteraciones en nuestro sistema nervioso. Incluso su consumo continuo puede crear dependencia. La cafeína es un estimulante, aumenta la actividad de las neuronas, es por eso, que cuando tomamos café nos sentimos más despiertos. Hace que aumente nuestra concentración, reduce la fatiga y tardamos menos tiempo en reaccionar. Pero con el tiempo, para conseguir este efecto necesitamos más cantidad de café, porque nuestro cuerpo llega a habituarse y se crea una necesidad de su consumo para sentirnos mejor.

En el momento en que existe esta necesidad de tomar café, cuando hay un día o varios que no lo consumimos es posible tener síntomas como dolor de cabeza o irritabilidad. Estos síntomas tienden a desaparecer rápido y no suelen ser graves, ya que no interfieren en la rutina de una persona que sea dependiente al café.

¿Qué efectos tiene en nuestra salud un uso continuado? Consumir grandes cantidades de café puede hacer que la persona tenga nerviosismo, irritabilidad o taquicardia. En las personas que son intolerantes al café, una cantidad mínima de éste les produce estos síntomas. Por eso también su consumo no es recomendado en mujeres embarazadas y niños.

Si se tiene un consumo responsable, sin sobrepasar los límites, los efectos sobre la salud no son negativos. En algunos estudios se ha visto cierta relación entre un consumo de café con un menor riesgo de padecer algunas enfermedades, aunque dicha evidencia en relativamente débil.

En opinión del Dr. Carbonell, tomar café está muy arraigado en nuestra sociedad y es muy importante hacer un uso razonable del mismo ya que es muy fácil que recurramos a él en exceso consiguiendo, en vez de estar más alerta, un mayor estado de nerviosismo. En aquellas personas que padecen ansiedad o depresión se desaconseja el uso de café.