¿Qué tal, don José?
Hombre, ya era hora. Que no sé cuántas veces tengo que ser alcalde para que me entreviste usted.
Es que alcalde lo es ahora, antes solo fue semialcalde
La culpa de todo la tuvo el otro, que conste.
Está la ciudadanía un poco confusa…
Pues los regidores ni le cuento. El salón de plenos es como un gallinero de pollos sin cabeza.
¿Sin cabeza?
Para lo que nos sirve…
Dígame alguna medida estrella de la alcaldía
Ya me habían advertido de que a usted le gustaba hacer preguntas difíciles.
¿Quizá la prohibición de circular a más de 30 kilómetros por hora?
¿Es eso cierto? ¿Desde cuándo?
Pues eso mismo es lo que yo le quería preguntar…
Tendré que consultar con uno de mis chóferes. Seguro que ellos lo saben mucho mejor. No le puedo decir cuál porque llevamos un lío tremendo y a veces no tengo chófer, a veces no tengo coche, a veces solo tengo una de las dos cosas…
¿Pero qué le parece prohibir circular a más de 30 kilómetros por hora?
Muy bien. No se debe caminar a esa velocidad. Se trata de un ejercicio extenuante, y no están ahora los centros de salud para atender a ciudadanos extenuados…
Ejem… la prohibición es para los coches…
¿Qué me dice? ¿Estamos todos locos? Bueno, iremos todos en moto…
Dicen que es para proteger a las personas que van en patinete…
Vaya, ahora tendremos que pensar en una ordenanza para proteger a los ciudadanos de las personas que van en patinete.
Hay ciudadanos que sostienen que Palma está sucia…
Seguro que son de esos ciudadanos que lo ponen todo perdido…
El vendaval de viento de hace unas semanas además de hojas de árbol levantaba hojas de papel… papelotes, en suma.
Señal de que Palma es una ciudad culta. Nadie podrá decir que Palma es una ciudad sin papeles.
¿Se les ha ocurrido limpiarla?
Hay que ser más imaginativos, hombre.
Es la ciudad más puerca del Mediterráneo.
Nuestro objetivo es Europa.
